"Erica me llamó un viernes por la noche, diciendo que tenía un horrible malestar en la cabeza y que sentía una intensa molestia en el pecho, como si se estuviera poniendo enferma pero que sería una "mala enfermedad". No creía que pudiera salir de la ciudad al día siguiente como habíamos planeado. Me pidió que probara a utilizar El Código de las Emociones® con ella.

Realicé mi proceso de conexión, me conecté con Erica y liberé algunas emociones por la palpitación debilitante en su cabeza y síntomas como náuseas y sensibilidad a la luz, además de congestión en el pecho. No le envié las emociones liberadas hasta la mañana siguiente, porque se iba a la cama. Más tarde me llamó y me dijo: "¡No me lo puedo creer!". A eso de la una de la madrugada se despertó y se sintió mejor, luego se volvió a dormir y se despertó a la mañana siguiente como si nada hubiera pasado la noche anterior, "cuando se había sentido morir". Ese fin de semana estuvo contándole a todo el mundo lo que había pasado, lo que yo había hecho y cómo la había afectado.

También trabajé con otras tres personas ese fin de semana con resultados sorprendentes y un interés extremo. Continúo trabajando en mi familia y amigos con resultados asombrosos y comentarios maravillosos, y ahora estoy aquí para certificarme e incorporar esta modalidad a mi incipiente negocio de sanación energética."

~Cari B., EE.UU.

Aunque Discover Healing no puede garantizar ningún resultado específico y los testimonios enviados no constituyen una garantía o predicción con respecto al resultado de cualquier persona que utilice El Código de la Emoción® para cualquier asunto o problema concreto, los testimonios publicados reflejan las experiencias de estos usuarios específicos.