"Mi caballo Moose nunca se había separado de su madre. Hacía correr a los domadores. Era un salvaje. Al día siguiente de aplicarle El Código de la Emoción®, dejó que el herrador le cortara los cascos por primera vez. Varias veces antes, el herrador se negó a trabajar con él debido a su mal comportamiento, pero Moose sólo era un incomprendido."

~Melissa Reutter, CT, EE.UU.

Aunque Discover Healing no puede garantizar ningún resultado específico y los testimonios enviados no constituyen una garantía o predicción con respecto al resultado de cualquier persona que utilice El Código de la Emoción® para cualquier asunto o problema concreto, los testimonios publicados reflejan las experiencias de estos usuarios específicos.