Enero de 2015: El mundo tal y como lo conocíamos mi marido y yo se acabó. En cuestión de semanas, me hospitalizaron. Estaba tan enferma que tuve que recibir ayuda para los cuidados básicos. Hubo que cerrar el negocio. Trabajábamos por cuenta propia. En poco tiempo perdimos nuestro negocio, nuestro medio de vida y mi salud. En el hospital me diagnosticaron miastenia grave y me dijeron que siempre tendría que tomar medicamentos. A regañadientes, lo acepté.

Cuando llegué a casa, empecé a investigar sobre esta enfermedad llamada MG. No tardé en darme cuenta de que no respondía al tratamiento como otras personas. Empecé a dudar de que tuviera MG. Como tomar el medicamento era la única forma que tenía de tragar alimentos, tenía que seguir tomándolo. Entonces, alguien me habló de una doctora integrativa y fui a verla. Estuve muy enferma en las primeras visitas. Enseguida reconoció los síntomas de la enfermedad de Lyme. Empezó el tratamiento. Al cabo de una semana, empecé a mejorar. La infección de Lyme había agotado mis glándulas suprarrenales, lo que explicaba muchas cosas.

Cuando tuve la oportunidad de revisar la información que acababa de recibir en Body Code , trabajé con ella con los resultados de los análisis de sangre del hospital en la mano. Tenía muchos indicadores de desnutrición. Sabía que, aunque no ingería suficientes calorías, hacía elecciones alimentarias saludables. En ese tiempo de pruebas con los datos de los análisis de sangre, descubrí que tenía desnutrición espiritual. De repente, muchas cosas tenían sentido para mí. La falta de apetito y de comida había sido un patrón.

Ya ha pasado un año. He hecho progresos maravillosos. He pasado de no poder comer, hablar, andar, ducharme o arreglarme el pelo por mí misma. Alabo a Dios por la información de Body Code y por el médico integrativo que ayuda a muchas personas con Lyme. Estoy fuera de toda medicina excepto cortisol bio-idencial...una dosis mínima, mientras ella usa hierbas para reconstruir mis suprarrenales.

Estuve a punto de morir en el hospital hace un año, a finales de enero. Doy gracias por el diagnóstico de MG que me salvó la vida. Agradezco que otro médico comprendiera que era un síntoma de infección subyacente. Al principio de todo esto, mi hija me trajo a su casa en Georgia... desde Tennessee. La sincronización de todo esto me ha hecho ver de nuevo que incluso antes de que llamáramos, Dios ha respondido.

Dr. Nelson, usted también es parte de Su respuesta para mí en esta experiencia. Gracias.

- Linda L. (Georgia, EE.UU.)