Christopher, 22 meses... Su padre me lo trajo para ver si Christopher tenía alguna emoción atrapada. Su muro del corazón era una burbuja de colores de cinco centímetros que mantenía a salvo su corazoncito. ¡Una adorable y apestosa burbuja! Cuando entraron en mi casa, Christopher no me miraba, ni me hablaba, ni siquiera me miraba a los ojos. También estaba pegado a su padre. Pudimos quitarle toda la pared del corazón en esa única sesión. Descubrimos que la mayoría de sus emociones atrapadas provenían de su nacimiento y del calvario que este precioso niño tuvo que soportar mientras estaba "atrapado" en la UCIN debido a complicaciones de salud. Al final de la sesión, ya no estaba en el regazo de su padre, reía, corría por la habitación y me traía juguetes que le parecían divertidos. Con lágrimas en los ojos de su padre, me dio las gracias por despejar la burbuja de la pared del corazón. Más tarde, su padre se puso en contacto conmigo para hablarme del nuevo niño que tienen en casa. Es aventurero, amante de la diversión y no está tan pegado a sus padres.

Shayley, 25 años... Shayley vino a verme con una pared cardiaca muy grande y muy fuerte. Cuando lo descubrimos, nos dimos cuenta de que estaba hecho de adamantium. Se rió mientras me contaba su amor por Lobezno, de X-Men. Ahhhhh... eso tenía mucho sentido. Pudimos limpiar el muro de su corazón en tres sesiones. Las últimas emociones que quedaban eran generacionales y provenían de la pre-existencia. Shayley me ha dicho que desde que ella ha quitado su pared del corazón, ella ha podido quitar veinticinco más libras y ha sido un encargado diferente en el trabajo. Antes de la extirpación del corazón, los empleados la pisoteaban, y ahora le muestran el respeto que se merece. El restaurante funciona mejor y ella se siente más ligera y lista para conquistar el mundo.

Jaynie, 58 años... Vino a mí con dolor en los omóplatos. Pudimos trabajar en eso, y mientras limpiábamos algunas emociones atrapadas, ella sintió como si una banda elástica se hubiera roto, ¡y el dolor fue erradicado! Fue la primera vez para mí, ¡así que fue realmente increíble!

Kristy, 38 años... Llegó a mí hecha un desastre. Su vida familiar dio un giro desastroso, ya que su hijo adolescente tuvo que ser hospitalizado, y luego puesto en un lugar para ayudarlo. Estaba dejando que todas las emociones negativas se filtraran en ella, mientras intentaba proteger a sus dos hijas pequeñas de esta nueva prueba en su vida. Estaba ansiosa, preocupada y tenía dolores de cabeza constantemente, por no mencionar otras dolencias. Hemos tenido bastantes citas, en las que hemos podido despejar un montón de emociones atrapadas. Ella puede ir a terapia con su hijo, y no ser afectada por él, o las cosas que dice. Él también ha mejorado gracias al autocontrol de ella. Ella no reacciona como él solía hacerlo. Su relación está mejorando y ha sido una alegría ver esta asombrosa transformación.

~Wendy J Williams