Pensé que debía compartir una historia de éxito con uno de mis clientes. Una madre amiga me preguntó si podía trabajar con ella para su hijo de cinco años. Viven en otro estado, así que trabajamos por teléfono. Este pequeño tiene ahora cinco años, pero estuvo en la UCIN los tres primeros meses de su vida debido a una meningitis cerebral. Según mi amiga, es un niño feliz y normal, pero cada vez que alguien le menciona un dentista o un médico o que está enfermo, "enloquece".

Al trabajar con The Emotion Code y Body Code, se encontraron emociones normales de miedo, abandono y otras. Tenía una energía de "No Voluntad de Vivir" y no podía dar ni recibir amor. El gráfico Body Code me llevó finalmente al cerebro y a una parte concreta del cerebro. Mi amigo dijo entonces: "Ah, ésa es la parte del cerebro que le falta, el 25%". Cuando terminó la sesión, le pedí que me mantuviera informada de sus progresos. Unas cinco horas después, me envió un mensaje: "Hablaba con Weston y le preguntaba cómo estaba y cómo se sentía cuando volvió de jugar. Me dijo que se sentía bien. Le pregunté qué sentiría si le dijera que tengo que ir al dentista o si Drake necesita una revisión médica. Sonrió, se encogió de hombros y dijo: "No sé, no siento nada". Eso sí que es un milagro. Normalmente habría empezado a respirar con dificultad, a llorar, a gritar, a apretarme el brazo y a decir repetidamente: "¡NO!". Pero el hecho de que tuviera una sonrisa en la cara y no sintiera "nada" ¡es una bendición! No tengo palabras para agradecérselo. Esto ha cambiado seriamente la vida de nuestra familia.

Luego envió un mensaje: "¡No puedo esperar a Primaria (clase de religión para niños) mañana!". Ha estado diciendo que no le gusta la Primaria y que, cuando tenga hijos, nunca los llevará porque no quiere obligarlos.

Al día siguiente, justo después de la iglesia, me envió un mensaje de texto. "Hoy ha sido el primer domingo que Weston ha ido a primaria sin llorar. También ha estado muy cariñoso. Odiaba que le cogieran en brazos o recibir afecto físico de cualquier forma, pero anoche vimos una película y se subió a la butaca conmigo, apoyó la cabeza en mi hombro y ¡me cogió la mano todo el rato! No tenía ni idea de que su falta de afecto se debiera a un problema, pensaba que era simplemente su personalidad. Hoy es un chico nuevo. No se pone a la defensiva cuando le dicen que se disculpe con su hermano. Simplemente dice "lo siento" cuando juega de forma brusca. Parece más feliz. Estoy muy sorprendida. ¡Es extraordinario! "

~Pat Clements