"Mi muro-corazón estaba hecho de chocolate. Me hizo gracia porque crecí en Hummelstown, Pensilvania, a sólo 5 km de la fábrica de chocolate Hershey. Podíamos oler el chocolate desde nuestra casa, lo que siempre me reconfortó. Cuando crecía y me sentía estresada o sensible, el chocolate era mi alimento reconfortante. Mantuve esos antojos hasta la edad adulta. Una vez liberado mi Muro del Corazón, ¡ya no me apetecía chocolate!".

~Brandi Murphy, EE.UU.

Aunque Discover Healing no puede garantizar ningún resultado específico y los testimonios enviados no constituyen una garantía o predicción con respecto al resultado de cualquier persona que utilice El Código de la Emoción® para cualquier asunto o problema concreto, los testimonios publicados reflejan las experiencias de estos usuarios específicos.