Rebecca tenía un muro en el corazón de 2 metros de profundidad y de hormigón. Cuando se lo quitaron después de tres sesiones, se sintió más feliz y ligera, y fue más capaz de avanzar en términos de citas. Poco después, conoció a un caballero en el trabajo con el que ahora sale y es feliz.

Nikol luchaba contra la resistencia en torno a su marido y a intimar con él. Poco después de la sesión que hicimos, me preguntó qué había hecho porque sintió mucho alivio y ligereza. Se encontró cantando canciones y sintiéndose más conectada con su marido.

~Anónimo