"Una mañana me desperté y encontré al hámster de mi hijo, Luke Skywalker, en el suelo de su jaula temblando, helado al tacto, incapaz de abrir los ojos y de moverse. Lo llevamos al veterinario, que dijo que ya era viejo para ser un hámster y que no le quedaba mucho tiempo. Lo mejor era la eutanasia. Me lo llevé a casa y decidí hacerle una sesión de Body Code™, con la intención de volver al veterinario más tarde ese mismo día. Imagínese mi sorpresa cuando, después de una sesión, se despertó con los ojos brillantes y estaba caliente al tacto. Sigue vivo y disfrutando de su vida de hámster. ¡La "fuerza" le salvó literalmente! Mi hijo está encantado".

~Helen Morgan, Dyfed, Reino Unido

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