Yo tenía un muro en el corazón. Cuando se liberó, inmediatamente sentí como si me hubieran quitado una tonelada de ladrillos del pecho y pudiera respirar. Llevaba mucho tiempo sufriendo dolores crónicos en los hombros, el cuello y la espalda. Me daban masajes con regularidad y acudía al quiropráctico, pero el dolor persistía. Al liberar mi Muro del Corazón, ¡el dolor cesó!
~Cara J.
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