Emotion Code Milagro número 1

Trabajé con una niña de 3 años cuya madre me llamó asustada. La niña tenía una infección urinaria y llevaba tres días tomando medicación que no le ayudaba. No quería ir al baño porque le dolía mucho y se estaba poniendo enferma. Su madre iba a llevarla al médico esa misma mañana para que la examinara, pero quería que le hiciera una sesión a su hija para ver si al menos le aliviaba un poco el dolor.

Estaba terminando su sesión cuando recibí una llamada de la madre. Me preguntó si había trabajado con su hija y le dije que acababa de terminar. Entonces procedió a contarme una historia milagrosa. Habían estado sentados en la consulta con el médico. La niña estaba en la camilla gritando de dolor y negándose a ir al baño para una muestra de orina cuando, de repente, mientras discutían las opciones de qué hacer con el dolor, los gritos cesaron y ella se levantó y dijo: "Mami tengo que ir a orinar". El dolor desapareció, al igual que la fiebre, y se sintió mejor.

El médico se quedó atónito, pero la madre sabía que tenía que haber trabajado con su hija. Recogieron sus cosas y la doctora se quedó perpleja. Fue entonces cuando me llamó, nada más salir hacia el coche.

Emotion Code Milagro número 2

Trabajé con una adolescente a la que le costaba correr y hacer cosas que le gustaban, debido a unos dolores en el pie y la rodilla. Después de una sesión con ella, recibí un mensaje de su madre que decía: "¡Está saltando por toda la casa!". El mensaje llegó unos 45 minutos después de la sesión.

~Kimberly Fowler