Siempre sentí que había algo más en la vida de lo que yo estaba viviendo, pero nunca pude poner mi dedo en la llaga. Entonces, hace unos seis años, oí hablar del Reiki. En caso de que nunca hayas oído hablar de Reiki, es una energía curativa universal que todos somos capaces de practicar en nosotros mismos. Simplemente no somos conscientes de ello.

Practicaba sobre todo con amigos, pero seguía sintiendo que había algo más.

Un día escuché en la radio al Dr. Bradley Nelson hablando de The Emotion Code y ofrecía una descarga gratuita de su libro. En ese momento supe que eso era lo que estaba buscando.

Descargué el libro y lo leí tan rápido como me lo permitió el tiempo.

Toda mi vida he sentido que había un muro a mi alrededor, pero no sabía realmente lo que sentía.

Después de leer el libro supe que había encontrado la respuesta. No sólo tenía un número tremendo de emociones atrapadas, sino que también tenía lo que el Dr. Bradley Nelson llama un "Muro del Corazón". Había construido un muro alrededor de mi corazón para protegerme de futuras penas.

Yo había sufrido mucho dolor de corazón cuando era niña y, sin darme cuenta de lo que estaba pasando, construí un Muro-Corazón alrededor de mi corazón que tenía 29 millas de ancho. Así es, 29 millas. Tardé varias semanas en quitar este Muro del Corazón. Recuerdo la primera vez que miré a mi nieta a la edad de 3 años y realmente sentí un amor que todo lo consume que ni siquiera puedo describir. Nunca lo había sentido antes. Entonces supe que había encontrado lo que buscaba. Durante los dos años siguientes practiqué con mi familia y amigos y continué eliminando Emociones Atrapadas en mí misma que seguían saliendo a la superficie. Pensé en convertirme en una practicante certificada y el pasado febrero, realicé ese sueño. Ahora puedo ayudar a mucha más gente, no sólo a familiares y amigos.

Sólo una cosa más que me gustaría compartir con ustedes.

Por primera vez en mi vida, cuando llegó el pasado día de San Valentín, puedo decir que no me dio miedo. Nunca lo había celebrado, ni siquiera había comprado una tarjeta a mis hijos o a mi nieta. El pasado San Valentín les compré a mi nieta y a mi nieto una tarjeta y un regalo. Esto se debe a que me he quitado el muro del corazón y ahora puedo dar y recibir amor.

Natalie Levy ~ Trevose, PA

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