Las prácticas de atención plena pueden ayudarte a buscar la paciencia y a vivir una vida más plena y abundante. Además, son fáciles y siempre están a nuestro alcance. A medida que intentamos ser más conscientes, nuestra vida puede estar llena de aprecio por las pequeñas cosas y es probable que nos sintamos menos abrumados al centrarnos en la tarea que tenemos entre manos.
Si al llegar a casa después de un día de trabajo no recuerdas cómo fue el camino de vuelta, o tienes que volver sobre tus pasos porque no recuerdas por qué entraste en una habitación determinada, es probable que haya llegado el momento de sintonizar con tus sentidos y ser más consciente de ti mismo, estar más presente y prestar más atención.
Aprender a ser más consciente puede ayudarte a disfrutar plenamente de todo lo que la vida te ofrece. Al sumergirte en cada momento, no solo puedes utilizar las prácticas de atención plena para realinear tus energías, sino que también puedes aprender nuevas y mejores formas de afrontar el estrés de la vida sin agobiarte.
Cómo la atención plena puede ayudarnos a estar más presentes
Durante los acontecimientos monumentales de la vida, es un poco más fácil estar agradecido por la belleza de tu vida. Cuando alcanzas un hito, se produce una especie de despertar automático en el que te sumerges de lleno. En las buenas y en las malas, en los momentos preciados y en los traumas, estos momentos parecen dar claridad a lo que de verdad importa. Aunque sea una experiencia dolorosa, casi no puedes evitar tenerla presente. Lo difícil es practicar la atención plena en los momentos cotidianos que tendemos a pasar por alto.
¿Conoces la felicidad y la satisfacción que sientes cuando estás inmerso en un momento pleno y trascendental de tu vida? Cuando practicas mindfulness, puedes experimentar eso a diario. Puede que no sientas la euforia de una boda o la profundidad de una pérdida, pero con la práctica diaria, puedes trabajar para conseguir una actitud equilibrada, un tiovivo en lugar de una montaña rusa.
¿Qué es Mindfulness?
La atención plena consiste en estar en el ahora o estar presente. Cada día nos depara un sinfín de experiencias influyentes. La atención plena es una mayor conciencia de todas las facetas de cada momento; se podría decir que consiste básicamente en prestar plena atención al momento y al lugar actuales, sin juzgar ni pensar en exceso. Cuando estás atento, puedes prestar más atención a..:
- Visores
- Suena
- Huele
- Sabe
- Toque
- Personas
- Conversaciones
- Emociones
- Y mucho más
Cuando pasamos demasiado tiempo agonizando por el pasado y preocupándonos por el futuro, nos estamos agobiando innecesariamente. La atención plena puede ayudarnos a despreocuparnos y a reorientar nuestras energías hacia la positividad.
Prácticas de atención plena: 10 maneras de ser más consciente
Hay muchas formas de practicar la atención plena a través de actividades como el yoga y la meditación. Estos tipos de ejercicios pueden llevar la atención plena a otro nivel, pero centrarse en las actividades cotidianas normales también puede aumentar tu presencia, conexión y energía.
1. Tómate tiempo para meditar
La meditación es una herramienta muy poderosa para ayudarte a llevar una vida más consciente. La meditación consiste en concentrarse en una sola cosa, como la respiración, y dejar de lado todo lo demás. Los principiantes a veces utilizan un objeto físico en el que concentrarse, como una vela, una flor o los pájaros de la ventana, para que les ayude a mantener esa concentración. Observar de cerca un objeto o un ser vivo puede ayudarte a ser más consciente.
Practicar la meditación a diario puede ayudarte a mantener un nivel de energía saludable, y lo mejor es que puedes meditar en cualquier momento. Para sacar el máximo partido a tu meditación, intenta seguir algunos de estos consejos:
- Elija un lugar con pocas distracciones
- Siéntese de forma segura y cómoda
- Siéntese con la espalda recta, pero no rígida
- Mantén los brazos relajados y paralelos al cuerpo
- Apoyar las manos en el regazo
- Siga su respiración
- Si tu mente divaga, no te estreses, vuelve a centrarte
Una meditación diaria o dos veces al día de entre 30 y 60 minutos puede suponer una gran diferencia en tu comportamiento, actitud y atención, pero puede resultar un poco larga y difícil para los principiantes. Tomarse tan sólo de 5 a 10 minutos para sentarse y aquietar la mente puede ayudarle a sentirse más consciente y conectado durante el resto del día. Empieza con sesiones cortas y ve aumentando el tiempo.
2. Vive plenamente el momento
No importa lo que estés haciendo, intenta prestar toda tu atención a esa única experiencia. Disfrutar de una deliciosa cena es un buen escenario para ilustrar la atención plena.
- Prepara tú mismo la comida. Mientras cocinas, piensa en cada ingrediente, en su sabor y en cómo te nutrirá.
- Entonces, no te limites a COMER la comida, ¡disfrútala! Cuando comas, haz sólo eso. No leas. No veas la televisión. No utilices ningún aparato. Considera cada bocado y saborea los sabores.
- Al dar el primer bocado, intente experimentarlo con todos los sentidos. La vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto. Perciba los olores, las texturas y los sabores de cada bocado.
- Deja el tenedor entre bocado y bocado y tómate unos momentos para reflexionar sobre la abundancia que tienes ante ti.
- Observe el ambiente que le rodea siguiendo los mismos pasos anteriores mientras disfruta de su comida.
- Ser más consciente cuando comes te permitirá disfrutar mucho más de la experiencia.
Estos pasos son aplicables a muchas otras situaciones. Mindfulness significa sintonizar más profundamente con todo lo que estás experimentando.
3. Empezar con experiencias agradables
Si nunca has practicado la atención plena, empieza con algo fácil. Una experiencia en la que QUIERAS sumergirte por completo es un buen punto de partida. Una comida deliciosa como la que acabamos de describir, un hermoso paseo al atardecer, un baño de burbujas o cualquier otra experiencia positiva que se te ocurra son formas agradables de comenzar tu práctica de mindfulness.
Con el tiempo, esta habilidad se trasladará a otras experiencias. Por ejemplo, puedes practicar la atención plena mientras friegas los platos. Puedes concentrarte en la sensación del agua en las manos, el olor del jabón, el sonido de tu familia moviéndose a tu alrededor o cualquier otra cosa que capten tus sentidos.
Al desarrollar poco a poco tu capacidad de atención plena, podrás recurrir a ella cuando te encuentres en una situación más estresante o desagradable.
4. Concéntrese en una sola cosa a la vez
La multitarea puede hacerte sentir que consigues más, pero en realidad puede ralentizarte. Los estudios han demostrado que la multitarea reduce la eficiencia y el rendimiento. Esto se debe a que el cerebro sólo puede concentrarse en una cosa a la vez. Dado que es contraproducente realizar varias tareas a la vez, intenta concentrarte en una sola. Esto se aplica a todos los aspectos de la vida, incluido el trabajo.
5. Limitar el tiempo en línea
Parte de lo que nos mantiene distraídos en nuestra vida moderna es nuestra frecuente conexión con el mundo online. Con los teléfonos móviles siempre al alcance de la mano y gran parte de nuestro trabajo en el ordenador, puede resultar difícil desconectar. Las redes sociales, las notificaciones por correo electrónico, los mensajes de texto y las llamadas telefónicas pueden hacernos sentir que necesitamos estar siempre disponibles. Sin embargo, estas distracciones pueden dificultar la práctica de la atención plena y la presencia.
Intenta poner límites al tiempo que pasas frente a la pantalla. Establece momentos específicos del día en los que estarás conectado intencionadamente, te conectarás a las redes sociales, responderás a mensajes y te relacionarás con tu comunidad online. Después, designa momentos en los que estarás desconectado. Intenta desconectarte del teléfono durante una o dos horas a primera hora de la mañana y antes de acostarte.
6. Participar en movimientos conscientes
Cualquier tipo de movimiento que te guste hacer puede ser una magnífica oportunidad para ser más consciente. Por ejemplo, si vas a dar un paseo, tómate tu tiempo para apreciar lo que te rodea. Presta atención a tus movimientos. Siente la flexión de los músculos y el estiramiento de tendones y ligamentos. Concéntrate en CÓMO caminas. ¿Cojea? ¿Prefieres un lado al otro? Establece una conexión firme y sólida con la superficie que hay debajo de ti. puede ayudar a enraizarte física y espiritualmente..
7. Dedique tiempo a la atención plena
Puede que pienses "estoy demasiado ocupado para añadir mindfulness a mi día", pero en realidad siempre hay pequeños espacios de tiempo en los que puedes practicar mindfulness. Busca los pequeños momentos de transición a lo largo del día. Tal vez tengas unos momentos en la cola del supermercado, sentado en el coche antes de entrar en casa o pasando de una tarea a otra en el trabajo. En esos momentos, practica la atención plena. Concéntrate respirando hondo y observa el mundo que te rodea. Fíjate en la gente, los sonidos, los olores y las vistas. Después, pasa a la siguiente tarea. Puede parecer sencillo, pero es una forma rápida y eficaz de volver al momento presente.
8. Escuchar con atención
Las distracciones de la vida han hecho que muchos pierdan la capacidad de concentrarse. Cuando eso ocurre, es difícil estar presente y en el momento para los seres queridos que necesitan hablar. También es posible que te estés perdiendo grandes historias y recuerdos recién creados. Concéntrate en lo que se dice sin responder ni interrumpir. Haz una pausa antes de decir o hacer algo.
9. Conecta con tu respiración
Una forma estupenda de ralentizar tu vida cotidiana y ser más consciente es centrarte en la respiración. Puede serte útil para entrar en tu cuerpo y en el momento presente. Es una gran herramienta porque puedes utilizarla en cualquier lugar. Simplemente deja de hacer lo que estés haciendo un momento e inhala lenta y profundamente. Al final de la inhalación, haz una pausa. A continuación, expulsa el aire lentamente. Puedes repetirlo varias veces, pero una sola respiración te ayudará a centrarte.
10. Liberar emociones atrapadas
A veces, la carga emocional del pasado puede afectar a nuestra capacidad de estar plenamente presentes y atentos en el día a día. Cuando nuestro cuerpo está en modo "lucha o huida", es muy difícil bajar el ritmo. Puede resultar mucho más fácil distraernos de lo que sentimos. Utilizando el Código Emoción® y el Código Cuerpo™puedes liberar estas reverberaciones emocionales que pueden estar impidiéndote practicar la atención plena.
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