Lo creamos o no, necesitamos el miedo. Es la respuesta incorporada del cuerpo al peligro y está arraigada en nuestra propia existencia como seres humanos. Aunque nadie parece estar rastreando los datos reales, la lógica podría decirnos que es probable que el miedo haya salvado innumerables vidas a lo largo de los siglos. Si nunca sintiéramos miedo, no correríamos cuando nos persiguen. No miraríamos a ambos lados antes de cruzar la calle. Y entablaríamos irreflexivamente cualquier relación con alguien que quisiera hacernos daño. Tanto si el peligro es de naturaleza física como emocional, el miedo está pensado para protegernos.

 

¿Qué ocurre cuando el miedo empieza a dominarnos?

Muchas personas que sufren ansiedad o depresión hablan de vivir con miedo. El miedo a las situaciones sociales, al rechazo, al fracaso o a las relaciones puede influir en ello. Aunque es normal que todo el mundo sienta miedo de vez en cuando, no debería ser la emoción dominante en su forma de vivir y tomar decisiones. Si el miedo te lleva a evitar retos o a marcarte objetivos que podrían beneficiarte, puede que haya llegado el momento de abordar la causa subyacente para poder superarlo.

Cuando se trata de curar la ansiedad y la depresión, es importante acudir al médico. Pero trabajar para superar tus miedos podría ayudarte a sentirte y funcionar mejor en el día a día.

 

Gestionar el miedo

Estos consejos pretenden ayudarte a afrontar los miedos irracionales que puedas tener de vez en cuando; puede que necesites ayuda externa o puede que no. Si necesitas hablar con alguien sobre tus miedos, hazlo, pero estas tácticas pueden ser un buen punto de partida.

  • Practica la Ley de la Reversibilidad: Esta ley dice que si actúas de forma coherente con un sentimiento, aunque no sea lo que sientes en ese momento, puedes crear un sentimiento que concuerde con tus acciones. En otras palabras, si actúas con confianza (aunque no te sientas así), puedes empezar a sentirte más seguro de ti mismo. Esto es coherente con la premisa básica de la positividad. Si emites esas vibraciones de positividad y valentía, puede que te sientas más positivo y valiente.

 

  • A veces, los miedos y la negatividad de los demás pueden contagiarte, sobre todo si ya eres propenso a sentirte así. Puedes trabajar para proteger tu energía de la negatividad, como el miedo. Más información aquí.

 

  • Afrontarlos: Shakespeare dijo: "Tomad las armas contra un mar de problemas y, al hacerlo, acabad con ellos". Mucha gente habla de enfrentarse a sus miedos para superarlos. Aunque esto puede estar bien para el miedo a volar o a hacer puenting (sólo hay que ser inteligente con quién te ayuda), ¡no querrás volar hacia una mala relación cuando tus miedos estén justificados! Así que si decides enfrentarte a tus miedos, ve despacio y utiliza el sentido común. Habla con un amigo o asesor de confianza si es necesario.

 

  • Utiliza el Emotion Code®: A veces una situación que da miedo -emocional o físicamente- puede ser demasiado con lo que lidiar. Cuando no puedes procesar esos miedos incluso cuando el riesgo ha pasado, puedes acabar con la energía emocional del miedo atrapada en tu interior. Con esa energía temerosa ya latiendo en tu interior, es más probable que sientas miedo en cualquier momento, aunque no haya ningún peligro real en ese momento. Utiliza la página Emotion Code y las pruebas musculares para determinar si tienes Emociones Atrapadas de miedo u otros sentimientos que podrían llevarte a sentir miedo sin una causa justificada.

 

Puedes vencer el miedo

Aunque curar la ansiedad y la depresión puede requerir ayuda externa, muchos de nosotros podemos aprender a manejar nuestros propios miedos utilizando las estrategias anteriores. Tanto si padeces estas afecciones como si no, afrontar el miedo puede ayudarte a funcionar con más alegría y éxito cada día.