"Aproximadamente un año después de un accidente, seguía sintiendo dolor. Podía estar de pie o tumbada, pero no sentada. Unos amigos me sugirieron el Body Code™. El primer desequilibrio que apareció fue una desconexión. Inmediatamente después de pasar el imán por el meridiano que me gobernaba, me quedé con la boca abierta de incredulidad. No sentía dolor ni sensibilidad. Fue un gran alivio darme cuenta de que, después de todo, había esperanza de recuperación y movilidad."

~Joyce Shorland, Saskatchewan, Canadá

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