"Mientras estaba de visita, Nino, el perro de mi amigo, no paraba de ladrar. Le pregunté a mi amigo si podía [utilizar el Código de las Emociones® para] hacer una prueba muscular para ver si Nino tenía una emoción atrapada. Efectivamente, Nino tenía una emoción atrapada de inseguridad atrapada en su cabeza. Le pregunté cuándo había quedado atrapada esta emoción y cuando recibí la respuesta, los ojos de mi amiga se abrieron de par en par sorprendida y me preguntó: "¿Cómo lo has sabido?".

"Nino había sido un perro de rescate que sufrió malos tratos cuando era cachorro. El maltratador golpeaba a Nino en la cabeza (pobrecito). Liberé la emoción atrapada junto con varias otras. En unos instantes, Nino se calmó, dejó de ladrar y acabó durmiéndose a mis pies. Cuando nos trasladamos al salón para tener un lugar más cómodo donde sentarnos, Nino no dudó en acurrucarse a mi lado y volver a dormirse ".

~Rachelle Rayner, Nueva York, EE.UU.

Aunque Discover Healing no puede garantizar ningún resultado específico y los testimonios enviados no constituyen una garantía o predicción con respecto al resultado de cualquier persona que utilice el Emotion Code® o el Body Code™ para cualquier asunto o problema concreto, los testimonios publicados reflejan las experiencias de estos usuarios específicos.